domingo, 5 de febrero de 2012

Langa

Langa al atardecer.
El origen de este pueblo resulta interesante de analizar. Por una parte, en una pizarra inscrita de cronología visigoda (en torno al S.VII), la nº 40 de las aparecidas en la provincia, se cita que "Unigildo marcha a Langa a litigar con Desiderio". Si se pudiera corroborar fehacientemente que se trata de esta misma localidad, significaría que el topónimo ha permanecido durante las diferentes fases históricas y que esta localidad existía desde tiempos remotos. Por otra parte, el topónimo "langa" pudo ser traído por repobladores procedentes del Norte peninsular ya que en euskera este vocablo significa "puerta".

Singular por sus gentes. Gentes que frente a la tendencia a la despoblación y el olvido rural se aferran a la tierra y como en bien pocos lugares logran mantener su número y aún crecer. Sirva como ejemplo el que de las 265 almas de mediados del siglo XIX se haya pasado a 539 habitantes según el INE en 2010, de los que en torno al 20% son niños y jóvenes. En cuanto a calidad, en lo que a la literatura se refiere, encabezan el elenco José Jiménez Lozano (Premio Cervantes 2002) y Jacinto Herrero Esteban, ambos nacidos en Langa y ya ligados a la población a través del callejero.
Situada en plena llanura, abundante en aguas frente a lo que cabría esperar, de Langa dependieron
en tiempos los despoblados de Narros del Monte y Valtodano, nombre también del arroyo que cruza el término.

Fuente de Valtodano, donde supuestamente
se hundieron unos guardias durante la
persecución a un malhechor.
Valtodano: Entre Langa y Fuente el Sauz, a orillas de lo que aún es un arroyo en épocas de fuertes lluvias. De este lugar es conocida la anécdota de que unos guardias a caballo perseguían un malhechor, pero al pasar por la fuente, donde había una zona de 'arenas movedizas' el malhechor pasó corriendo y no sucedió nada, pero los guardias y sus caballos en hundieron en ellas.
Narros del Monte: Entre Langa y Magazos. De aquí se comenta que su 'vara' del ayuntamiento pasó al de Langa, y que los mayores conocieron gente que allí había vivido. Se pueden ver las ruinas de la iglesia y la planta de algunas casas cercanas, así como los restos de pilares de lo que debía ser un pequeño puente. Fue fundada por la familia Cárdenas durante la repoblación posterior al la expulsión de los árabes. Esta zona debía estar la lado de un humedal alimentado por un arroyo que formaba unas lagunas. Más reciente es lo que ese conoce como la pesquera, lo que debió ser una pequeña represa, que según su nombre, hubiera sido incluso lugar de algún tipo de pesca.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción:
La parroquial de Langa se yergue en el centro del casco urbano, abierta su fachada meridional a una placita con zonas ajardinadas en que se asientan como  adorno público un crucero y una pila bautismal. Esta, de copa semiesférica y  gallones helicoidales, probablemente pertenecerá a la iglesia de Narros del Monte,
dependiente durante siglos de la de Langa donde incluso se tomaban sus cuentas.
A los pies se sitúa la torre-campanario de porte macizo. El acceso se realiza por una portada de ladrillo rematada por un frontón y un arquillo superior con función de hornacina.

Cricificado situado en
el parque frente al templo.
Portada con frontón
y arquillo a modo de
hornacina.
Portada y ventanas neogóticas
de la capilla de la Concepción.





Fachada Norte.
Fachada Sur..
Torre campanario.

La mayor parte de la iglesia se construye en el S.XVI. Se articula en una única nave a la que se adosan, en el S.XVII dos capillas en el lateral izquierdo así como otra en el flanco derecho. La capilla de la derecha es la de La Inmaculada que presenta al exterior una celosías que imitan ventanales góticos.

Pila bautismal que procede de
Narros del Monte con toda
probabilidad.
Cruz al lado de la puerta de
acceso.
Capilla de la Inmaculada Concepción.
Ventanas con celosías
que imitan ventanales
góticos.
Es original la armadura de la nave, ochavada, atirantada, con decoración de lazo de ocho en el almizate que descansa sobre pechinas. De éstas, dos reciben talla mientras que en las dos restantes ha desaparecido. Se debe a los carpinteros Juan de la Fuente y Nicolás de San Pablo, quienes la realizaron entre 1551 y 1565, por lo que se ha de entender que el templo se concluiría poco después. También la zona del presbiterio cuenta con armadura de madera pero sin motivos decorativos.

Detalle del artesonado.
Detalle del artesonado.
Detalle de los tirantes.
Artesonado ochavado sobre pechinas de la nave.
El actual retablo Mayor, de mediados del S.XVIII, sustituyó al que existía con anterioridad que había sido pintado por Francisco González en el S.XVI. En el vano central se sitúa una imagen de La Asunción de gran expresividad. Las condiciones para la factura  las dio José de Corzos en 1771, terminándose varios años más tarde con su dorado, la factura de una imagen de la Virgen y el encarnado del crucificado del ático del S.XVI rodeado de los característicos motivos del Sol y la Luna que simbolizan el principio y el fin o el zenit y el ocaso. Su cuerpo principal se alza sobre una alta predelaavenerada, ocupadas por tallas de la titular, san Juan Bautista y santa Águeda respectivamente.

Retablo en una capilla
colateral.
Retablo en la capilla de
La Inmaculada Concepción.
Retablo Mayor.

Se conoce el estado del mobiliario en 1705 gracias a un inventario de bienes que entre otros ornamentos y ropa litúrgica incluía: un retablo mayor con sus pilastras doradas, presidido por una imagen de talla de la Asunción flanqueada por sendas pinturas y sobre la que se disponía un crucificado; un retablo colateral con las tallas de nuestra señora de las Nieves, un Cristo resucitado y otro crucificado; en el lado del evangelio un altar dedicado a la Concepción con las figuras de san Roque y santa Águeda; al norte del altar mayor se asentaba otro presidido por talla de nuestra señora del Rosario flanqueada por san Juan Bautista y san Sebastián. Algunas de estas imágenes aún se conservan redistribuidas por varios retablos.

San Roque.
San Isidro.
Cristo crucificado.




Muy interesante es la arquitectura popular de Langa, de la que podemos ver varios ejemplos si paseamos por sus calles.


Textos: Jorge Díaz de la Torre en "Un reino de ladrillo y adobe"; Raimundo Moreno en "Memoria mudéjar en la Moraña" y apuntes de diferentes Webs.

Más fotos: