domingo, 1 de enero de 2012

Fontiveros

Gil Torres 1250, Fuentyvesos. Barrios 1291, Fuent Vesos. En 1339, Fuente Vesos. En el S.XVI, Hontiveros.
Es la tercera población de la comarca, desconocemos su origen si bien durante la edad media destacó, como en Arévalo y Madrigal su población morisca.
Rodeada en tiempos pasados de muchas fuentes, manantiales y arroyos, que proporcionaros buenos prados y huertas, parece ser el origen de su nombre. En 1303 sus tierras se vieron inundadas por las crecidas de las aguas del río, produciendo graves e importantes destrozos en su tierra.
Es hoy un paisaje sobrio, austero, místico como las propias llanuras de la meseta castellana. Cuna de la mística por serlo de San Juan de la Cruz, el "frailecillo" patrono mundial de la poesía, que junto con Sta. Teresa de Ávila, son las figuras cumbres de la espiritualidad del Siglo de Oro español.

Nace San Juan de la Cruz en 1542, hijo de Gonzalo Yepes y de Catalina Álvarez. Su padre muere en 1543 y poco después un hermano, siendo momentos de grandes estrecheces porque hubo años de "hambruna", en los que sus dos pequeños hospitales acogieron a gran número de pobres, sobre todo en el año 1546. La penuria económica obliga a emigrar a la viuda y sus dos hijos, en el año 1548 para dirigirse a Arévalo.
Era una familia artesanal y pobre, Catalina era tejedora y el salario de las mujeres era sensiblemente menor que el de los hombres. Apenas tres años después abandonan Arévalo para dirigirse a Medina del Campo, entonces populosa ciudad con sus importantísimas Ferias, en busca de mejor fortuna. Es donde encamina sus pasos a la vida religiosa.

Fontiveros era un pueblo grande  para lo que entonces era habitual en Castilla. Tenemos censos y la población estimada en esos años. En 1528 tenía 1677 habitantes y en 1557 eran 1906, la mayoría agricultores y una minoría de artesanos. Entre sus productos del campo destacaban trigo, cebada, garbanzos, vino, lana, queso y azafrán. Su artesanato, algunos telares y arrieros.
En sus calles aparecen ejemplos de arquitectura popular y casonas blasonadas como la de Diego de Arriaga, los Cubas Maldonado, la torre del que fuera palacio del Marqués de Fontiveros, donde se alojó la Reina Isabel y la torre de otro palacio, el de la familia del Obispo de Jaén Alfonso Suárez, sobre el que se fundó el convento de las Carmelitas Descalzas, la ermita de Santa Ana, o la fachada de la Casa Parroquial adintelada con escudo y dos hermosos medallones renacentistas en granito.
En la Plaza está el monumento que, erigido por suscripción popular, realizara en bronce el escultor Ricardo Font, con una leyenda de una frase del santo fontivereño: "Señor, padecer y ser despreciado por Vos".
Iglesia parroquial de San Cipriano. (Cabecera)
Destaca del casería su imponente y catedralicia iglesia parroquial de San Cipriano, declarada Monumento Histórico Artístico por Decreto de 26 de mayo de 1943. Con más de 56 m. de longitud, es la mayor de La Moraña y tiene arquitectura de dos épocas.
Portada Sur.
Dos portadas mudéjares de arcos apuntados.
La sur, de triple archivolta enmarcada en alfiz y faceta de esquinillas. Semejante decoración se aprecia en el hastial.
La cabecera del templo fue construida por Lucas Giraldo en el primer tercio del S.XVI, con testeros planos en las naves laterales y exagonal en la Capilla Mayor, destacando sus ventanales ajimezados, con elementos platerescos y renacentistas. Finalizada la obra en 1546, muy pocos meses después un gran incendio destruyó gran parte de lo realizado. Es entonces cuando interviene en la reconstrucción Rodrigo Gil de Hontañón, que realiza la Capilla Mayor y el crucero, reaprovechando algunas piedras labradas; finalizan estas obras en 1570, por un importe de unos dos millones de maravedís.
Torre.
La torre potente y elevada en su cuerpo bajo donde se ubica la sacristía, es también obra de Lucas Giraldo y de principios del S.XVI. Por los deterioros del incendio fue reedificada su parte alta por el maestro Cristóbal Muñoz y Montesinos, y no fue concluida hasta 1718. Es neoclásica con pilastras y altos ventanales en el cuerpo campanario.
En su interior, destacan sus naves mudéjares, del S.XII, con seis arcos a cada lado, apuntados, peraltados, de doble archivolta y enmarcados en alfiz, sobre columnas ochavadas. Sustentan una hermosa y decorada armadura del S.XVI, de más de 9 m.de luz. Tirantes dobles y alfardas talladas, el almizate con artesones exagonales y romboidales con florones. Las armaduras laterales de 5 m.de luz, son de par y nudillo casi lisas. La cabecera con gruesos pilares redondos de capiteles semidóricos y repisas jónicas de los que arranca la airosa bóveda de crucería y ménsulas del último gótico.
Naves de la Iglesia de San Cipriano.
Bóveda de crucería.

Armadura.
Destaca la denominada Capilla Real, fundada por Diego de Ariaga y su mujer, con dos esculturas yacentes de los fundadores y sus retratos sobre tabla a los lados del altar, atribuidos a Pantoja de la Cruz. En el altar una escultura de San Juan Bautista, de mediados del S.XVI y del estilo de Becerra.
Capilla Real.
Órgano recientemente restaurado.

 
Retablo Mayor.
En los pies del templo, está la capilla del Bautisterio donde fue bautizado San Juan de la Cruz. En la nave está el sepulcro de su padre y de su hermano.
Bautisterio donde fue bautizado San Juan de la Cruz.
El retablo mayor es barroco con unas tallas de San Cipriano, San Segundo, Sta Teresa y San Juan de la Cruz.
XV y una imagen de San Sebastián extrañamente engalanado con collar y gorra, ambas de estilo flamenco. Dos altorrelieves que representan la Ascensión de Ntra. Señora y Sta. Catalina de Alejandría, de finales del S.XVI y muy buenas. Una imagen románica de Ntra. Señora de los Mártires. Un díptico representando al Salvador y a la Virgen, de estilo italiano y principios del S.XVI. La Virgen de la Pera del S.XIII, procedente de su desaparecida ermita, que también era del estilo mudéjar. Dalmáticas y ternos, de la segunda mitad del S.XVI ricamente bordados. El magnífico órgano ha sido recientemente restaurado con ocasión de un concierto conmemorativo del IV Centenario de la muerte del santo.

El convento de Carmelitas Descalzos se fundó en la casa natal de San Juan de la Cruz, y el templo se construyó a finales del S.XVII.
En su interior tiene retablos de la escuela madrileña de Alonso Cano, con sus típicos adornos de hojarascas, las imágenes de Sta. Teresa y la Virgen del Carmen es sus laterales y en el central San Juan de la Cruz, las tres estofadas, muy bellas y correctas, así como varios lienzos uno del santo escribiendo. Una extraordinaria pequeña escultura del santo, quizás retrato muy realista.
Celebra anualmente un importante Certamen Nacional de Poesía y elige en otro acto literario cada año el Juglar de Fontiveros, de gran tradición, ostentan este título las plumas más importantes de la poesía actual.

Textos: VVAA "Arévalo y su tierra".

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