domingo, 18 de marzo de 2012

Palacios Rubios

Palacios Rubios
  Se dan diversas interpretaciones acerca del origen del topónimo "Palacios", frecuente en todo el centro de la Meseta. La explicación que generalmente suele considerarse es que se aludía así a aquel núcleo donde existían casonas que destacaban respecto al resto de viviendas. Éstas no eran necesariamente palaciegas tal y como hoy en día entendemos la aceptación de la palabra. Así mismo, se identificaban así a algunas dependencias o "cámaras". Por otra parte, cabe la posibilidad de que los repobladores de esta zona se encontrasen al llegar aquí algunos restos de construcciones antiguas y que los interpretasen como vestigios de grandes mansiones.
En 1.250 Palaciosruvios formaba parte del Tercio de Rágama (localidad que actualmente se encuentra en la provincia de Salamanca). Hoy día es uno de los cuatro anejos de Nava de Arévalo.

Iglesia parroquial de Placios Rubios.
  De su parroquia sobresale su ábside-torre en cuanto a volumen y fisonomía. A la cabecera tradicional mudéjar se le superpone un cuerpo de mampostería y unas troneras con la finalidad de fortificar la estructura. Cabe pensar que se trataba de una forma de aprovechar una estructura destinada a fines religiosos para una función militar.
  La portada de acceso principal es barroca y sigue un modelo constructivo habitual en la zona, presentando un aspecto similar a una espadaña.
    El ábside no tiene zócalo, está decorado por tres fajas de arcos doblados superpuestos en el tramo curvo y con arcos doblados entre recuadros en el tramo recto; se rematan las arquerías con un friso de ladrillos a sardinel al que se superpone otro del mismo material en nacela. El número de arcos del tramo curvo es de nueve y de tres en el recto. Sobre estas arquerías aparece un ático similar al de Santa María la Mayor de Arévalo, pero el material empleado es cal y canto encintado con verdugadas de ladrillo. Está recrecido con un cuerpo más de ladrillo que en lo más alto se convierte en campanario como en Orbita. La unión con la cubierta se realiza mediante una cornisa de arquillos ciegos.

Arquerías, ático y campanario.
Ábside en la fachada Norte.

Detalle de las arquerías
rematadas por un friso de
esquinillas y nacela.
  En el interior de la capilla mayor los fajones de su bóveda son ligeramente apuntados con triple arco doblado, y en el tramo recto hay arquerías ciegas dobladas. Se conserva detrás del altar mayor parte de la decoración de frisos de esquinillas entre las bandas a sardinel que originariamente ornamentaba el interior del ábside.

Nave reformada. Al fondo la arquería del presbiterio que conserva su traza mudéjar original.
Arco doblado, interior
del tramo recto.
Arcos doblados ciegos
en el interior del tramo
recto.
Frisos de esquinillas y  a sardinel
detrás del altar mayor.


  El cuerpo de la iglesia, alargado y de pequeñas dimensiones, fue muy reformado en época barroca, pero mantiene sus muros de caja y en ellos una puerta Sur con triple arquivolta y alfiz. Se conserva de la iglesia mudéjar del S.XII-XIII la cabecera, los muros del cuerpo de la iglesia y la portada Sur, el resto corresponde al S.XVII. En el exterior, el tramo recto de la cabecera aparece semioculto en el lado meridional por un cuerpo semicircular realizado para facilitar el acceso a la parte superior del ábside donde se sitúan las campanas. La sacristía es también uno de los volúmenes adosados a la nave que observamos desde el exterior.La planta de este ábside es similar al de otros templos, como el de Orbita, Narros del Castillo, Donvidas o Pedro Rodríguez.


Portada Norte, al interior
de la portada barroca.
Portada Sur, con triple
arquivolta enmarcada
por un alfiz.
Vista del ábside desde el Sur, donde se ve los volúmenes anexos
de la sacristía y del acceso a la torre que tapan el tramo recto.

Frisos ocultos en la subida al campanario
 la fachada Sur.
Arcos dobles ciegos en las escaleras
de la subida al campanario.
Arquerías ocultas.

  Los tres retablos que podemos contemplar en el interior del templo resultan singulares por varios motivos. Por una parte, el retablo mayor se compone de lienzos pintados de la segunda mitad del S.XVII, época en la que no eran frecuentes estos conjuntos pictóricos. En el vano central se dispone una única imagen escultórica del retablo, una Inmaculada. A su derecha, lo hace un lienzo de San Francisco y, a la izquierda, uno de San Antonio con un niño. El ático se ve coronado por una pintura de San Pedro Apóstol. En el banco encontramos a la derecha a San Lorenzo y a San Vicente y a la izquierda, a Santa Teresa y a San Juan de la Cruz. El retablo en sí, no se adaptó bien al espacio disponible como indica la disposición del remate superior.


San Francisco.
San Antonio.
San Pedro.
Santa Teresa y San Juan de la Cruz.
San Lorenzo y San Vicente.
Retablo Mayor.

  Los otros retablos son rococós, del S.XVIII, con profusión decorativa: cabezas de ángeles, formas vegetales,etc. todo ello tratado con una especie de "horror vacui". Lo que los hace curiosos es que se encuentran sin policromar, sin dorar. Su color es el de la madera con el que se construyeron, como en principio eran muchos de estos conjuntos antes de que se fuera imponiendo la moda de pintarlos. En el que se sitúa en la nave y tras una verja que protege el vano central, encontramos una talla de la Virgen con Niño del S.XVIII.




  Textos: Profesor Jose Luis Gutierrez Robledo en "Sobre el mudéjar en la provincia de Ávila"; Jorge Díaz de la Torre en "Un reino de ladrillo y adove" y María Isabel López Fernandez en "La arquitectura mudéjar en Ávila".


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